YOSE2 EVS en Uruguay
Después de vivir durante dos meses en Paysandú (Uruguay), como voluntaria en el Centro Juvenil Nuevo Camino sólo tengo palabras de agradecimiento.
De agradecimiento por la oportunidad que se me brindó, por la acogida que tuve tanto en la casa donde me quedé como en el lugar donde trabajé y por toda la gente, maravillosa, que me trató tan bien y me ayudó en todo momento. En una semana yo ya me sentía como en casa. Así que sólo tengo palabras positivas para describir esta experiencia que ha sido un antes y un después en mi vida, sin duda.
Mi llegada ya fue anecdótica, me esperaba la policía en la terminal de autobuses de Paysandú porque había una denuncia contra mí en la que decía que me habían visto meterme sustancias ilícitas en las botas (apunte: nunca os cambiéis de botas en las terminales de autobuses y si lo hacéis cortarle la enorme etiqueta blanca que llevan en la lengüeta. Y siempre, al sitio al que vayáis, preguntad antes si la policía es fiable o no. En este caso sí lo era, pero yo no lo sabía). Pues eso, todo quedó en una anécdota de la que aprender.
Luego, al llegar a la casa, no pude estar más feliz, estaba a las afueras de la ciudad, al lado del río y yo me sentía en medio del campo, así que, muy bien. Lo único, que era pleno invierno, hacía un frío enorme y yo venía de los 40 grados del agosto murciano y me pasé dos días enteros pegada a la chimenea. La primera semana no consiguieron encontrarnos lugar para empezar el voluntariado (porque habían días festivos, al que íbamos a ir tenían no se qué jornadas de no sé qué…etc). Había que tomárselo con filosofía, no deja de ser Latinoamérica y allí las cosas van a su ritmo. Nosotras (otra chica española y una húngara) aprovechamos para visitar la ciudad, guiadas por nuestro atento y encantador coordinador uruguayo y para pasar un día en las termas, que por aquella zona había unas cuantas.
La segunda semana ya la arrancamos yendo a nuestro lugar de trabajo. Trabajábamos con jóvenes de entre 12 y 18 años y desde el primer momento nos trataron como a unas “profes” más y se crearon vínculos bastante especiales y valiosos. Nos lo pusieron muy fácil. Tanto así que se nos propuso hacer un Youth Exchange en Paraguay los siguientes 10 días y yo, hasta lo dudé.
La experiencia del Youth Exchange sobre emprendedurismo también fue muy positiva.
Conocimos a jóvenes de otras partes del mundo con proyectos propios muy valiosos, admirables, y a otros pertenecientes a asociaciones que trabajan con otros proyectos igual de admirables. Fueron unos días de mucho intercambio de ideas y de saberes que a mí, particularmente, me sirvieron para dar el paso decisivo a una idea emprendedora que tenía en la cabeza y que me daba “miedo” llevar acabo. Se formó una red muy linda que a día de hoy sigue en contacto y que estoy segura de que lo seguirá por mucho tiempo y que nos ayudaremos mutuamente a la hora de hacer proyectos que hagan del mundo en el que vivimos un lugar mejor y más igualitario.
En esa estancia fuimos a visitar las Cataratas de Iguazú. Nadie debería dejar este mundo sin ver lo poderosa que es la naturaleza en ese lugar. Un lugar de máxima inspiración para una actriz, como soy yo y que se queda en lo más hondo de mi ser. Nos granizó en la barca que te llevaba a verlas de cerca (tanto que nos quedaron marcas en la piel hasta pasados bastantes minutos después); nos helamos de frío porque nos pilló una tormenta enorme y el autobús que nos devolvía a la “civilización” era sin techo, resultado, toda la ropa mojada; cuando volvíamos de camino a la reserva donde nos alojábamos nos paró la policía y detuvieron la combi porque el seguro se le había vencido 6 días atrás; en medio de la nada, mojados y con frío, nos fuimos a un hotel en medio de la jungla y nos dieron unas mantas y algo de comida hasta que mandaron taxis a por nosotros, no sin el asombro de los huéspedes que bajaban a cenar y nos veían ahí con semejantes pintas; como había llovido tanto no se podía entrar a la reserva donde nos alojábamos y donde teníamos todas nuestras pertenencias y nos llevaron a un hotel, resultado, todos cenamos liados en sábanas, toallas y con bolsas en los pies porque no teníamos nada; a la mañana siguiente nos compraron ropa y ya nos reunimos con nuestros compañeros. Pero bueno, salvando todo eso, ¡el lugar es imperdible!
Si, otra de las cosas de las que me quedo de esta experiencia es tener la posibilidad de conocer nuevos lugares. A parte de las cataratas y Paraguay, visité Rosario, Buenos Aires (donde me pasé todo un día entre una comisaría y un banco porque me robaron el mvl de la mano y un cajero me estafó unos 100€, que después de mucha lucha conseguí), Montevideo y las playas del este uruguayo. Si te organizas bien, puedes aprovechar los fines de semana y algún que otro día festivo para visitar lugares de alrededor y eso fue lo que hice. Recomendado.Bueno y a la vuelta de Paraguay tuvimos un mes y pico intenso en el que llevamos a cabo un taller con los “gurises” sobre la prevención del suicidio dentro de un concurso que se celebra anualmente a nivel nacional que se llama “La primera ayuda podés ser vos”. El taller consistía en realizar una exposición fotográfica con fotos que hicimos nosotros mismos y hacer una intervención teatral el día de la inauguración. El resultado fue de gran calidad y el proceso para llegar a él muy bonito y muy revelador, tanto para ellos como para nosotros. Durante ese mes también participábamos y ayudábamos en la realización de otros talleres a cargo de otros monitores. En todo momento sentí que se trabajaba en grupo y se sentía el apoyo mutuo de todos los compañeros/amigos. Yo no iba con muchas expectativas. No quería que nada estropeara ese sueño que tenía desde hace muchos años, así que las pocas que llevaba conmigo, fueron superadas al mil por ciento. Yo iba con muchas ganas de aprender, de probarme a la hora de manejar un grupo y de enseñar, de conocer el funcionamiento de las asociaciones, de introducir el teatro (arte) como método de inclusión, de vivirotras realidades, de conocer gente nueva, etc. Y todo y más, se ha cumplido. Como he dicho antes, ha sido un antes y un después en mi vida y es una experiencia que se la recomendaría a todo el mundo. Es algo muynecesario en el mundo en el que estamos viviendo hoy en día.