¡A Uruguay se han ido!
Nuestro periodo de voluntariado comenzó el pasado 1 de Julio cuando salimos de Madrid rumbo a Montevideo con el propósito último de llegar a Paysandú, una ciudad al noroeste de Uruguay en la que llevamos viviendo desde entonces. Hemos venido a cooperar con el proyecto Impulsa Paysandú en el que trabajamos con jóvenes en riesgo de exclusión social. Ahora, 21 días despúes, nos damos cuenta de que el tiempo pasa volando y de que tenemos muchas razones por las que agradecer al proyecto Impulsa Paysandú la oportunidad de convivir y compartir esta experiencia con todas las personas que se han implicado con nosotros desde nuestra llegada.
En primer lugar, aquí vivimos con distintas familias sanduceras que nos han acogido como a uno más dentro de sus hogares. Además, llegamos en la semana de vacaciones de invierno en Uruguay y, por tanto, hemos tenido tiempo para conocer la ciudad, su gastronomía, aunque, sin duda, ha sido gracias a su gente. Por ejemplo, nos han demostrando todo su cariño cocinando para nosotros y enseñándonos a preparar los platos más especiales de la cocina uruguaya: tortas fritas, empanadas, asados y guisos típicos; sin olvidar tampoco la tradición de tomar mate.



En cuanto al tiempo, el invierno es un poco cambiante en Paysandú, pasando de días de lluvia y frío a días de sol y a calor. Aunque el Río Uruguay, o como dicen acá, el Río de los Pájaros Pintados está siempre igual de hermoso al igual que la naturaleza que lo acompaña. Y hemos tenido la oportunidad de recorrer la ciudad en bicicleta e, incluso, de cruzar a la ciudad de Colón (Argentina).

Por otro lado, no es oro todo lo que reluce. Los precios resultan realmente desorbitados. Todo, en general, es carísimo en comparación con España salvo el trasporte público que nos parece asequible. Podríamos destacar el servicio de taxis y el servicio de autobuses del país con mención especial a la compañía Copay -algo que explicaremos mejor cuando hablemos de nuestros viajes-. Sin embargo, nos preocupa bastante es que el nivel de vida sea tan alto, estando muy por encima de los salarios medios, porque realmente no entendemos hasta qué punto las familias pueden asumir el coste de los bienes de primera necesidad.
Asimismo, durante este tiempo hemos establecido diferentes reuniones de trabajo para coordinar nuestra participación en las distintas asociaciones con las que venimos a colaborar, en nuestro caso, Cafi (Tony), Aulas Comuntarias y Estrellas del Sur (Ángela). Así pues, a pesar de la vulnerabilidad de los chicos y chicas que acuden a los centros, estamos felices de poder contrubir en crearles una sonrisa.

Por último, queremos resaltar que estamos encantados de compartir este viaje con nuestras compañeras procedentes de Francia, Maddi y Marion, y de Hungría, Kinga, Janka y Diana, además de nuestra compañera española Iluminada porque estamos olvidando las barreras que podrían suponer nuestros diferentes idiomas y ayudándonos mutuamete para que nuestro colaboración tenga el mejor resultado posible. De hecho, si algo nos mueve más son las ganas de construir un vínculo intercultural gracias al voluntariado.

